Pastillas para curar la Ansiedad

Nos encontramos mal y buscamos el remedio tradicional: pastillas para la ansiedad, pero ¿Podemos curar la ansiedad con pastillas?.


No es extraño que cuando nos diagnostican que padecemos trastorno de ansiedad quedemos sorprendidos. Con mucha frecuencia nosotros hemos acudido al médico porque, aunque si bien es cierto que estábamos atravesando un periodo de más nervios de lo habitual, lo que notábamos eran dolores o molestias físicas. Dolores o molestias de iban desde dolores en la zona cervical, palpitaciones, nauseas, hormigueos, etc.

Acudimos al médico preocupados por unas dolencias físicas incapacitantes y nos sorprendió con la revelación de que no sufríamos de ningún trastorno físico, lo nuestro era un tema mental: sufríamos lo que se denomina un trastorno de Ansiedad (de la misma manera podría haber ocurrido si lo que sufriéramos fuera un trastorno de depresión).


Pastillas Para La Ansiedad
Ante esta nueva realidad, la primera reacción suele ser la de desconfianza, cuando logramos superar esta primera fase caemos en el temor del rechazo de las demás personas - lamentablemente los trastornos mentales continúan siendo estigmatizantes - y, casi con toda seguridad, preguntamos a nuestro médico sobre el tratamiento a seguir.

Este es el objeto de este artículo: el tratamiento con fármacos (pastillas) para la ansiedad.

Mientras que las sociedades orientales han desarrollado terapias más o menos naturales para combatir las dolencias: acupuntura, digitopuntura, medicina natural, etc. La sociedad occidental está acostumbrada al recurso de las pastillas.

La medicina occidental se ha fundamentado en producir fármacos, pastillas que son concentrados de principios activos disponibles en la naturaleza o, directamente, productos elaborados químicamente.

No creemos que a estas alturas nadie puede dudar de la eficacia de estos medicamentos. Si han triunfado en nuestra sociedad es por tratarse de preparados de alta eficacia: resuelven el problema y suelen hacerlo de manera rápida. Así, nuestra cultura hace, que pensemos como primera opción en la solución tradicional al problema: utilizar


Pastillas para la Ansiedad.


Preguntamos a nuestro especialista y consideramos que, como ocurre con la mayoría de dolencias, este va a prescribirnos una retahíla pautada de fármacos. Con cada vez más frecuencia, observamos como este especialista suele mostrarse reacio a prescribir estos fármacos e introduce "modificaciones" en el tratamiento; trata de explicarnos que en nuestro trastorno actual, que para la ansiedad, el uso de pastillas no es la "solución" completa.

Observamos que hemos entrado en un camino en el que nuestro especialista no se siente cómodo, el tratamiento que normalmente nos habría prescrito sin dudar ahora contiene elementos que le incomodan. Veamos qué características tienen estas pastillas para la Ansiedad.

Las pastillas para la ansiedad han demostrado:

  • No ser rápidas; aunque comparativamente a los productos naturales, requieren de menos tiempo para actuar, no suelen mostrar resultados antes de las dos o tres primeras semanas de tratamiento (algo a lo que no estamos acostumbrados) y durante este periodo de inicio de acción pueden incrementar las "sensaciones desagradables".

  • Crear tolerancia; cuando conseguimos superar la primera etapa, cuando conseguimos que hagan su "magia", nos sorprendemos con que este efecto beneficioso va debilitándose, cada vez su efecto es menor y, para compensar esta pérdida de efectividad, debemos incrementar cada vez más la dosis.

  • Ser adictivas; muchos especialistas defenderán que este tipo de fármacos son singulares, no pueden tomarse sin el adecuado control médico, de la misma manera que debe comenzar a tomarse con el apoyo de un especialista que nos indicará las dosis y la temporalidad, el abandono de estas pastillas debe hacerse con el mismo control; palabras que esconden una realidad: estas pastillas generan adicción y, de la misma manera que ocurre con otras drogas, tenemos que pasar un proceso de desenganche para abandonarlas.

  • No curan la ansiedad; como se expone clara y concisamente; las pastillas para la ansiedad son preparados químicos que combaten la sintomatología asociada a la ansiedad pero no el trastorno en sí.

Como decíamos al principio, a diferencia de la medicina oriental la occidental se fundamenta en un ataque claro y decidido al problema sin valorar en  exceso la causa del problema. Poniendo el símil de un coche (un auto); cuando vemos que se ha roto el embrague acudimos al mecánico y este simplemente lo cambia; tenemos un embrague nuevo y nuestro problema se ha resuelto. No nos hemos parado a preguntarnos si esta rotura de embrague se debe al desgaste normal de la pieza o se ha producido por nuestro estilo de conducción. En este caso el problema no suele tener más trascendencia que el hecho de que, si es debido a nuestro estilo de conducción, tendremos que cambiarlo más pero, cuando se trata de una enfermedad, la trascendencia es mayor: si no combatimos el origen, estamos condenados a repetir en ella.

La medicina oriental suele hacer más hincapié en averiguar qué es aquello que ha motivado la enfermedad e intentar resolver el problema de raíz. En el trastorno de ansiedad, la medicina occidental ha ido evolucionando su manera de razonar y ha aceptado que esta solución es más adecuada.

Frente al uso de las pastillas para la ansiedad, se han desarrollado técnicas basadas en la modificación del pensamiento (de la manera de percibir y razonar la realidad que nos rodea y que es la causa de nuestra alteración) que se ha comprobado:

  • Son tan rápidas o más en sus efectos que las pastillas.

  • No tienen los efectos secundarios de las pastillas.

  • Son mucho más efectivas a largo plazo; el paciente aprende técnicas que evitan su recaída.

Esto es aquello que incomodaba a nuestro especialista y que hacía que se sintiera relativamente incomodo al prescribirnos la medicación para nuestro problema; para curar la ansiedad el uso de pastillas no es la solución.

Debemos hacer una puntualización a esta afirmación: en el caso de que estemos sufriendo un trastorno de ansiedad o de depresión y tengamos ideas de hacernos daño a nosotros o a otros. Si es tu caso, si estas teniendo ideas homicidas o suicidas, en este caso debes acudir inmediatamente a tu especialista y ponerte en sus manos; el uso de pastillas puede ser la línea de choque que necesites para vencer esta primera etapa (o no, pero debe valorarlo un especialista y de forma inmediata).


En resumen, vemos que la medicina ha desarrollado fármacos, pastillas para la ansiedad pero que estos no son la solución, no van a curar la ansiedad, para una curación de la misma deberemos acudir a técnicas para aprender a controlar nuestro pensamiento.




Sintomas de Depresion y Ansiedad, Actualizado en: 9:55
Escrito por: Administrador

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